FÉLIX LÓPEZ
CARACAS.—Toda Venezuela vivió este jueves un episodio inédito en su historia, cuando la Asamblea Nacional concedió el derecho de palabra a los estudiantes que están a favor y en contra del retiro de la concesión a la televisora privada Radio Caracas Televisión (RCTV), propiedad del grupo oligárquico 1 Broadcasting Caracas (1BC), hecho que la oposición ha tomado como punto de partida para intentar un nuevo golpe de Estado, utilizando esta vez los mismos métodos ensayados ya por la CIA en países ex socialistas de la Europa del Este.
Con todos los canales de TV y emisoras de radio encadenados, con señal en vivo desde la Asamblea Nacional, 10 estudiantes opositores y 10 que defienden el proceso bolivariano acudieron al hemiciclo legislativo para exponer al país sus opiniones en torno a diversos temas de la realidad política nacional, entre ellos la libertad de expresión. Pocos venezolanos imaginaron que esta oportunidad que jamás había tenido el movimiento estudiantil en Venezuela, ignorado y reprimido durante gobiernos anteriores, sería desaprovechada de manera lamentable por quienes se manifiestan desde hace más de una semana en las calles de Caracas, en nombre de la "libertad de expresión".
Iniciado el debate, el primer derecho de palabra fue concedido a uno de los líderes de la protesta oposicionista, el estudiante Douglas Barrios, de la Universidad Metropolitana, quien leyó un panfleto que defendía abiertamente el derecho de la oligarquía a desconocer las decisiones de la mayoría, e invocaba la "autonomía universitaria", para preservar los intereses de los ricos a seguir secuestrando el privilegio de obtener un título universitario. Pero todos, diputados y estudiantes, lo escucharon con respeto. Todo el país lo vio.
En el segundo derecho de palabra, la estudiante bolivariana Andreína Terrazona, de la Universidad Central de Venezuela (UCV), le dio a Douglas y a sus compañeros una clase de ética y de historia, de civismo y de valor, al contar ante el país cómo un grupo de estudiantes y sus profesores se han dejado utilizar y arrastrar por los líderes de una oposición al servicio de los intereses transnacionales e imperialistas, que buscan salir de Chávez a toda costa, esta vez utilizando la técnica del "golpe suave" y de la "resistencia pacífica" patentada por la CIA.
Era evidente que aquellos muchachos que sirven de "tontos útiles" a los golpistas, además de no tener argumentos propios ni un proyecto que mostrar al país, no resistirían un segundo asalto frente a unos jóvenes que se defienden con ideas, convicciones y pueden explicarle a sus compatriotas qué es lo que se está jugando hoy en Venezuela. Llegó así el turno a Yon Goicochea, de la Universidad Católica Andrés Bello y uno de los líderes mediáticos de la conspiración. Cuando todos esperaban su discurso, anunció que se retiraban, "para abrir el debate no en esta Asamblea, sino en el pueblo de Venezuela, en las universidades y en cualquier espacio".
Cilia Flores, presidenta de la Asamblea Nacional, órgano al que habían solicitado con insistencia y desde todas las televisoras el derecho a palabra, los despidió con una reflexión: "No queremos pensar que es que no tienen nada más que decir. Cómo podemos calificar esta actitud, cuando hoy, democráticamente, se les concede este espacio para que se expresen libremente y se retiran. Esta actuación no deja dudas sobre la conexión entre las manifestaciones de los últimos días y el plan desestabilizador de la oposición venezolana fascista.
"¿Cómo no pensar que detrás de estos estudiantes, están los fascistas?. Venir a la Asamblea Nacional y seguir desestabilizando los deja muy mal parados; podemos pensar que ellos no decidieron retirarse, sino que fueron llamados para que lo hicieran", agregó Cilia Flores, antes de dar continuidad a las intervenciones de los estudiantes bolivarianos. A partir de ese instante ocurrió algo de lo que se pueden enorgullecer para siempre todos los patriotas venezolanos.
Robert Serra, estudiante de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) mostró ante el recinto, pruebas audiovisuales que demuestran cómo estos estudiantes, que se dicen desvinculados de los partidos de oposición, vociferaban sus mismas consignas políticas durante marchas que calificaban de apolíticas: "¡Y va a caer, este Gobierno, va a caer!". Robert, que paga anualmente 4 millones y medio de bolívares (2 000 dólares) por estudiar Derecho, pidió a las autoridades universitarias que le reembolsen el dinero de las clases que ha perdido.
"Acabamos de ver —dijo Serra— una actitud similar a la de Condoleezza Rice en la Asamblea general de la OEA. Tenemos que decirlo públicamente: marchan en las calles, piden ‘libertad de expresión’ y cuando se les concede se retiran."
Libertad Velasco, de la UCV, llevó la Constitución en inglés para obsequiarla a quienes defienden los intereses imperiales. Yahir Muñoz, de la Universidad Santa María, les propuso debatir en el escenario que quieran. César Trompiz, de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), expresó que los estudiantes bolivarianos están dispuestos, junto a Chávez y al pueblo, a dar hasta la vida por un mundo más justo. Mientras que Mayerling Arias, joven de descendencia indígena que estudia en la UBV, agradeció la salida del aire de RCTV, para que su hijo no se forme viendo un canal sin valores.
Osly Hernández, de la UCV, propuso a los diputados analizar unas imágenes donde un periodista le pregunta a una de las "marchistas" para dónde van y a qué, y la muchacha responde que no sabe. Esos, dice Osly, son los mismos que fueron llevados como borregos a Miraflores aquel 11 de abril, o son los que se gradúan y se interesan en fabricar los carritos para la Fórmula 1, en lugar de tractores para los campesinos.
Por último, Eder Dugarte, de un liceo bolivariano, se preguntó: ¿Si en Venezuela no hay libertad de expresión, qué hacemos los estudiantes hablando en vivo, en cadena nacional, para todo el país? Y Héctor Rodríguez, de la UCV, demostraba que no había espontaneidad en las manifestaciones estudiantiles, sino un plan para el golpe de Estado. Como prueba mostró la página web fascista (www.ruedalo.org), donde se revelan las fases de la conspiración y se utiliza el mismo símbolo (un puño cerrado) que sirvió de iconografía a las llamadas revoluciones de colores en Ucrania, Kosovo y Yugoslavia.
Al terminar el derecho de palabra de los estudiantes en la Asamblea Nacional, el canal golpista Globovisión transmitió una conferencia de prensa de los estudiantes opositores, donde a una de las chicas se le escapó en vivo revelar el por qué se habían retirado de la Asamblea Nacional: "Nos paramos en el momento oportuno para evitar una masacre". Así llamó ella al torrente de argumentos e ideas que se les venía encima.
La conspiración se sigue desinflando: mientras unos muchachos no saben explicar por qué protestan, desde Miami la Fundación Nacional Cubano Americana anunció en un boletín de esa organización (mafiosa y anticubana) el envío de remesas de dólares y propaganda para "los estudiantes que luchan contra el régimen de Chávez". Pero CNN y otros canales siguen diciendo al mundo que en Venezuela hay una rebelión estudiantil espontánea. El "golpe suave", también es mediático y sigue en marcha.