Sabina Galeano y Otras Cosillas

21 de abril de 2015

Más de Don Eduardo

Otro texto de El Libro de los Abrazos, mi modesto homenaje para él, trataré de publicar uno por semana al menos.

El aire y el viento

Por los caminos voy, como el burrito de San Fernando, un poquito a pie y un poquito andando.
   A veces me reconozco en los demás. Me reconozco en los que quedarán, en los amigos abrigos, locos lindos de la justicia y bichos voladores de la belleza y demás vagos y mal entretenidos que andan por ahí y por ahí seguirán, como seguirán las estrellas de la noche y las olas de la mar. Entonces cuando me reconozco en ellos, yo soy aire aprendiendo a saberme continuado en el viento.
   Me parece que fue Vallejo, César Vallejo, quien dijo que el viento cambia de aire.
   Cuando yo ya no esté, el viento estará, seguirá estando.

13 de abril de 2015

Don Eduardo

Decíamos ayer, citando a Fray Luis de León, fui a dejar a la menor de mis vástagas al trabajo hoy por la mañana y al despedirme empecé a sentir un dolor en el costado, lo atribuí primero a haber dormido mal, después mi pesimista mente viajó hacia terrenos del infarto y otras dolencias muy peligrosas, cuando esos nefastos pensamientos fueron interrumpidos por un mensaje en el teléfono, mi buen amigo Pegazo informándome del fallecimiento de Don Eduardo Galeano, una terrible tristeza me invadió, por mucho este espacio fue creado y alimentado gracias a él, ese gran señor inclasificable en los géneros literarios, investigador, cuentista, novelista, etc.

No sé si ese dolor intercostal fue una especie de aviso-premonición, ahora se ha trasladado al corazón, el tiempo inexorable nos va arrebatando a las personas más queridas y eso es inevitable, pero hay ausencias que nos golpean mucho más fuerte que otras, sé que descansa en paz este gran hombre, deja un  legado literario inmenso, una forma de ser absolutamente consecuente con sus ideas y enseñanzas para la vida invaluables, un gran abrazo a la eternidad Don Eduardo. Les dejo un texto que encontré hoy en El Libro de los Abrazos:

Profesión de fe

Sí, sí, por lastimado y jodido que uno esté siempre puede uno encontrar contemporáneos en cualquier lugar del tiempo y compatriotas en cualquier lugar del mundo, Y cada vez que eso ocurre, y mientras eso dura, uno tiene la suerte de sentir que es algo en la infinita soledad del universo, algo más que una ridícula mota de polvo, algo más que un fugaz momentito.