Sabina Galeano y Otras Cosillas

7 de mayo de 2010

Entre Mitología y Sueños

A la memoria de mi querido Padre.
En la entrada del Parnaso le esperaba Euterpe, llegó con una máquina de escribir bajo el brazo, su libreta de direcciones en la mano que le quedaba libre y sobre su cabeza y hombros, en perfecto equilibrio, muchos de sus libros. Lo primero que les dijo es que por favor ajustaran el reloj de péndulo del recibidor, estaba dos minutos atrasado y no fuera a ser que por ese error ocurriera alguna vicisitud, después pidió un teléfono para llamar a quienes se le habían adelantado, con la paciencia milenaria que sólo los dioses y sus hijos tienen, le explicó que no era necesario, ya lo sabían.
Se organizó una gran fiesta de bienvenida, en ese momento se dio cuenta, recordaba todo, esposa, hijos, nietos, amigos, historias, poesías, todo, además gozaba de una proverbial ligereza de pies y recordó que siempre prefirió a Gene Kelly y no a Fred Astaire, dio un par de giros silbando y en ese momento lo saludo Chinto, su primo, Laura, Tina y Waldemar, sus hermanos, su hija Rebeca le dio un largo abrazo y ambos lloraron un rato, por fin se reunían de nuevo y había mucho de que hablar. La puso al día acerca de la vida de toda la parentela, le contó de sus nietos, los hijos que se quedaron, le habló especialmente de su esposa, de como la recordaba y preguntaba por ella.
Un rato más tarde empezaron a llegar los invitados, amigos, otros parientes, compañeros de trabajo, Carlos René tomó la guitarra y cantó muchos boleros, algunas de Pedro Infante y de Javier Solís, Baco permitió que se le rindiera culto y entre rones, whiskys y cervezas la pasaron de maravilla.
Terminó la fiesta y tuvo una revelación, eternamente podría dedicarse a sus mayores placeres, la lectura, escribir poesía, dar largas caminatas, tener conversaciones interesantes, descansar. Gracias a la memoria recuperada recordó a García Márquez y pensó en José Arcadio Buendía, sus aventuras y desventuras, el Quijote y su heroísmo fantástico, antes de dormir se planteó la disyuntiva, ¿Navegaría por los ríos del trópico o cabalgaría en algún lugar de la mancha en sus sueños?

Etiquetas: