Sabina Galeano y Otras Cosillas

30 de agosto de 2006

Bailar es Soñar con los Pies

Bonitas piernas las del Joaquín... Bretero, esta la tenés que leer, para que te animés y veás que no todo está perdido. De su disco "Yo mi me Contigo", una de las canciones de mi top 20 de Sabina diría yo, co-escrita con Ariel Rot, donde nos recuerda que la alegría y el juego deben privar ante todo, el título es "Jugar por Jugar", pero anoté una de las estrofas que me gusta mucho, favor ponerle atención a la parte donde dice "y jugar por jugar, sin tener que morir o matar", ojalá que los Israelitas, los de Hezbolá, los gringos y todos los que matan por vender y probar armas lo aplicaran. Sugiero que el más triste de los presos tenga derecho a sábanas de seda; bendita sea la boca que da besos y no traga monedas. Propongo corromper al puritano, espiar en la ducha a las vecinas, ir a quitarle al dios de los cristianos su corona de espinas. Nada de margaritas a los cuerdos, hay que correr más que la policía para bailar el vals de los recuerdos llorando de alegría. La vida no es un bloc cuadriculado sino una golondrina en movimiento que no vuelve a los nidos del pasado porque no quiere el viento. Se aconseja dormir a pierna suelta lejos de tentaciones de diseño, que no pase de largo por tu puerta el hombre de tus sueños. La rana esconde un príncipe encantado, tu boca un agridulce de membrillo ¡qué ganas de un cursillo acelerado de besos de tornillo! Y jugar por jugar sin tener que morir o matar, y vivir al revés que bailar es soñar con los pies. Conviene entrar penúltimo en la meta de la vuelta a la infancia en patinete y fusilar al rey de los poetas con balas de juguete. Por qué no doctorarse en cremalleras como hace la hormiguita por tu espalda e hilvanar con jirones de banderas braguitas rojigualdas. Hacen falta cosquillas para serios, pensar despacio para andar de prisa, dar serenatas en los cementerios muriéndonos de risa.

12 de agosto de 2006

19 Días y 500 Noches

Hoy le toca el turno a la canción que le da el título al disco, que salió al mercado en 1999, es que don Joaquín, hasta cuando lo mandan a freir niguas sabe hacer hermosas poesías-canciones, pensar que se tardó precisamente 19 días y 500 noches en olvidarla, me hace preguntarme, ¿Pensamos más en el ser querido ya inalcanzable por las noches?, se me hace que sí, pero cada quien se podrá responder. Después de casi un mes, blogito querido por acá estoy, ahora si prometo dejarte temas más seguido, es que con el premio que me otorgó Batfink debo hacer las cosas con más seriedad. Jcab, como te dije, por acá va el tema. (A la "muchacha de ojos tristes", por si le roba una sonrisa.) Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks, en vez de fingir, o estrellarme una copa de celos, le dio por reír. De pronto me vi, como un perro de nadie, ladrando, a las puertas del cielo. Me dejó un neceser con agravios, la miel en los labios y escarcha en el pelo. Tenían razón mis amantes en eso de que, antes, el malo era yo, con una excepción: esta vez, yo quería quererla querer y ella no. Así que se fue, me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas. Desde el taxi, y, haciendo un exceso, me tiró dos besos... uno por mejilla. Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdiciónde los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina, y, por esas ventas del fino Laína, pagando las cuentas de gente sin alma que pierde la calma con la cocaína, volviéndome loco, derrochando la bolsa y la vida la fui, poco a poco, dando por perdida. Y eso que yo, para no agobiar con flores a María, para no asediarla con mi antología de sábanas frías y alcobas vacías, para no comprarla con bisutería, ni ser el fantoche que va, en romería, con la cofradía del Santo Reproche, tanto la quería, que, tardé, en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches. Dijo hola y adiós, y, el portazo, sonó como un signo de interrogación, sospecho que, así, se vengaba, a través del olvido, Cupido de mí. No pido perdón, ¿para qué? si me va a perdonar porque ya no le importa... siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta. Me abandonó, como se abandonan los zapatos viejos, destrozó el cristal de mis gafas de lejos, sacó del espejo su vivo retrato, y, fui, tan torero, por los callejones del juego y el vino, que, ayer, el portero, me echó del casino de Torrelodones. Qué pena tan grande, negaría el Santo Sacramento, en el mismo momento que ella me lo mande.