Sabina Galeano y Otras Cosillas

28 de octubre de 2008

Hay que hechar pa'lante...

Foto tomada de: http://www.joaquinsabina.net/fotos/
Porque para atrás ni para agarrar "viada", dicen en oriente, allá "onde" se siembra con escopeta y se cosecha con anzuelo.
Como tengo pendiente lo del concurso para el disco "Dos Pájaros de un Tiro" y ya para ir entrando en materia, les dejo dos estrofas de la letra de una cancionaza del Sabina, les voy a agradecer que haciendo un esfuerzo supremo y sin consultar en la red, sí pues, caso me van a hacer, me averigüen el título y a qué disco pertenece, eso los preclasificará y tendrán ventaja de dos preguntas con respecto a quienes lleguen después, o sea a la mera hora del concurso en otro post.
Dato importante: Mandar la respuesta a pirata.cojo08@gmail.com, dejando un pseudónimo a ser publicado, no habrá opción a comentarios.
Rana salió
la princesita: falda, tacón y unas braguitas
de quita y pon. Rubia de bote,
sin corazón,
y en el escote,
la ermita del deseo,
donde se arrodillan los ateos
Se me dormía
con la Novena;
no digería
"La Magdalena"
de Marcel Proust.
Si me pillaba
cantando un blues,
me regañaba;
pero, con un colchón,
mejoraba mi mejor canción.
P.D. A quienes han estado pendientes de mis huesitos, saben quienes son, eternas gracias y un gran abrazo, la nube negra va pasando, espero.

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10 de octubre de 2008

Ismael Serrano en Guatemala

No se lo pueden perder, nos visita el gran cantautor madrileño Ismael Serrano, este miércoles 15 a las 20:30 horas, les dejo un par de textos de sus canciones para que se den un quemón, por ahí nos veremos, amigos y familia compramos las primeras nueve entradas, todavía echando humito de la imprenta de Todo Ticket.
Toda la información en el afiche, el cual fue tomado de la página de Trovajazz.
El Virus del Miedo
Lo amaban, ni más ni menos,
y se sacaba cada mañana
las espinas del sueño.
Juraba y maldecía
y se enredaba en la alambrada
de la mansa rutina.
Vivía como tú o como yo.
El viernes por la noche
iba a buscar a su amor.
Fumaba tranquilo,
planeaba la semana
y ella le arrancaba el cigarro
y lo besaba.
Y un día lo mordió el virus del miedo.
Entendió que las mujeres
nunca tienen dueño.
Y temió que ella marchase,
que se agotase el manantial
sin un por qué.
Venció el miedo y faltó a la última cita,
no descolgó el teléfono
que aullaba en la mesilla.
Y el temor a la derrota
lo agarrotó como un calambre,
sin un por qué.
Duro, intenso y precario...
Se enfrentaba cada día
al oleaje en el trabajo.
Y una mañana la cobardía
lo paralizó en la puerta
y no entró a la oficina.
Volvía a despertar
y empezaba el periódico
como tantos, por detrás.
Vio y sintió la noche
del planeta y su desastre,
tuvo miedo y decidió
no salir a la calle.
Y ahí lo tienes encerrado en casa,
temblando como un niño,
sellando las ventanas,
para no ver, ni escuchar,
sentir, notar la vida estallando fuera.
Por miedo a sentir miedo
fue a la cama,
como una oruga se escondió
y envuelto entre las mantas
se durmió,
hizo humo el sueño
y se olvidó del mundo
por miedo a despertar.
Aún sigue dormido.
Pasaron los inviernos
y aún sigue escondido,
esperando que tu abrazo
le inocule la vacuna
y elimine el virus del miedo y su locura.
Últimamente Últimamente ando algo perdido,
me han vencido viejos fantasmas,
nuevas rutinas.
Y en cada esquina acecha un ratero
para robarme las alhajas, los recuerdos,
las felicidades.
De un tiempo a esta parte
llego siempre tarde
a todas mis citas.
Y la vida me parece una fiesta
a la que nadie
se ha molestado en invitarme.
De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte,
no amarte.
Últimamente ando desconcertado,
así que ponte a salvo, porque en este estado
ando como loco.
Y me enamoro de mujeres comprometidas,
llenas de abrazos,
llenas de mentiras.
De un tiempo a esta parte, a mi amor propio algo le falta,
lo has dejado unos puntos
por debajo del de Kafka.
Y la vida me parece una fiesta
a la que nadie
se ha molestado en invitarme.
De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte,
no amarte.
Últimamente planeo una huida
para rehacer mi vida,
probablemente en Marte.
Seguro que allí no hay nadie empeñado en aconsejarme:
"Ismael, ¿qué te pasa?
No estudias, no trabajas".
Y qué vamos a hacerle,
si es que últimamente ando algo perdido,
si te necesito.
Si de un tiempo a esta parte me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte,
no amarte.
Han de venir tiempos mejores,
cometeré más errores, daré menos explicaciones,
y haré nuevas canciones
en las que te cuente cómo, últimamente,
son tan frecuentes tristes amaneceres
ahogando mis finales,
repetidos, cansados,
miserables,
llenos de soledades.
De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte,
no amarte.

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