Los hijos y nuestra lucha incesante por maleducarlos

Tuve una conversación, bastante imaginaria con Joaquín y Eduardo, la cual transcurrió más o menos así: Yo: -Muchá, es necesario invitar a alguien al blog, necesito manifestar algo acerca del amor hacia mis hijas y creo que la canción "Esos Locos Bajitos" de Joan Manuel Serrat, lo expresa maravillosamente.- Joaquín: -Hombre Pirata, El Nano hizo esa hermosícima canción y me da hasta algo de envidia, no tengo problema en que la pongas- Eduardo: -Pirata, Joan Manuel ha musicalizado algunos textos míos, y aunque no fuera así, es alguien a quien vale la pena oir en cualquier momento.- Yo: -Gracias amigos, sabía que no se opondrían.- Obtenidas las licencias correspondientes, y apelando al "otras cosillas" de mi blog, pues les incluyo a continuación la letra de la canción, un compendio de todo lo que le hacemos a los hijos, pseudo educándolos y a veces haciendo más daño que beneficio. Estoy nostálgico hoy, así que se las dejo, para los que inician la noble tarea no se preocupen, todo se va a ir resolviendo, para los que todavía no son, perdonen a sus viejos, lo que han hecho ha sido con buenas intenciones, para mis hijas, especial dedicatoria, perdón por cagarla tanto, para mis viejitos, gracias por todo, su labor ha sido y sigue siendo excelente.

El de la foto es Serrat, tomada de:

http://personal.telefonica.terra.es/web/joanmanuelserrat/index02.htm

Esos Locos Bajitos

(Joan Manuel Serrat) A menudo los hijos se nos parecen, y así nos dan la primera satisfacción; ésos que se menean con nuestros gestos, echando mano a cuanto hay a su alrededor. Esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que, por su bien, (dicen) que hay que domesticar. Niño, deja ya de joder con la pelota. Niño, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca. Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, con nuestros rencores y nuestro porvenir. Por eso nos parece que son de goma y que les bastan nuestros cuentospara dormir. Nos empeñamos en dirigir sus vidas sin saber el oficio y sin vocación. Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción. Nada ni nadie puede impedir que sufran, que las agujas avancen en el reloj, que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós.